A lo largo de la Literatura Universal, hemos visto cientos de veces como el amor y la muerte se vuelven imprescindibles el uno del otro.
¿Ha pensado alguna vez en Romeo y Julieta sin el desdén de la muerte? ¿En una Tess sin toda la tragedia que se presenta en la obra por el amor y desamor? ¿O en una Dido sin suicidarse a causa de su amado?
¿Puede ser que el ser humano no esté capacitado para sentimientos que en detalladas ocasiones, desbordan el alma, trascienden de nuestro conocimiento y arrancan de toda la lógica que conocemos?
El amor es complejo en más de un sentido y va mucho más allá del soporte emocional que podemos tener. Werther nos explica detalladamente esta situación:
"La naturaleza, tiene sus límites; puede soportar, hasta cierto punto, la alegría, la pena, el dolor; si pasa más allá, sucumbe. No se trata, pues, de saber si un hombre es débil o fuerte, sino de si puede soportar la extensión de su desgracia, sea moral, sea física (...)"
El suicidio en el amor es muy simple de explicar, deja al descubierto que en algunas ocasiones el alma tiene pesos tan grandes que no logra soportar y, acaba en la desdicha de éste. Pero no quiero ser radical y profesar que en el amor solo se acaba con este trágico Baker final. Solo ocurre en algunas ocasiones.
La vinculación a través de los siglos entre el amor y la muerte es muy simple. Pues, no se puede amar total, completa e irrevocablemente; sin salir por completo de nuestros cabales. Aún así, no es necesaria la muerte física de nosotros para encontrar esta relación. Hasta en el caso de que no llegáramos a tener una muerte trágica como la de Werther a causa de sus desbordantes sentimientos. Siempre se aprende, arrancamos algo de nosotros y jamás vuelves a ser el mismo después de entregarte por completo al amor. Muere una parte de ti y nace otro tú, un tú más aventurado y vuelto a la realidad del universo.
Bibliografía
1. Goethe, Johann Wolfgang von. Las desventuras del joven Werther. 1774. Editorial XYZ.
2. Shakespeare, William. Romeo y Julieta. 1597. Editorial XYZ.
3. Hardy, Thomas. Tess de los d’Urbervilles. 1891. Editorial XYZ.
4. Virgilio. La Eneida. 19 a.C. Editorial XYZ.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario