Hampartista
Nunca escondí mi desdén por el lema del Chef Gusteau: “cualquiera puede cocinar”. Pero, me doy cuenta, recién ahora comprendo sus palabras. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lugar.
domingo, 22 de junio de 2025
Mi eterno vacío habitable
miércoles, 18 de junio de 2025
Por qué no milito, pero pienso.
Me acusan de tibia. Dicen que no tomar partido es una forma de indiferencia, de cobardía incluso. Que si no milito por una causa, entonces todo me da igual. Pero no es verdad. No me da igual el mundo; me atraviesa, me abruma y me duele. Es precisamente por eso que no puedo encerrarme en un solo bando, porque los bordes son porosos y las verdades, demasiado complejas para caber en una bandera.
No milito, es verdad. Pero pienso. Y pensar, hoy, es un acto más profundo y radical que cualquier grito.
Pensar implica no repetirse, no obedecer. No ceder al confort de las consignas, ni a la ceguera por ideologías que, con el tiempo, se endurecen y se olvidan de lo humano. Pensar implica traicionar incluso lo que creíamos el día de ayer. Cambiar de opinión sin perder la coherencia ética. Dudar.
En cambio, militar —cuando se vuelve doctrina— muchas veces anestesia. Nos da enemigos claros, respuestas automáticas, sentido de pertenencia, pero también nos roba el temblor. Por eso digo que la izquierda y la derecha ya no piensan: gestionan ideas heredadas, implantadas en esa guerra de relatos en que cualquiera que no elija se vuelve sospechoso. Como si la neutralidad no fuera, a veces, una forma de resistencia.
Para mí, la verdadera tibieza está en quienes eligen bando y se refugian en él.
Porque yo tengo a todos en contra.
A la derecha, por cuestionar el privilegio, la desigualdad, el mercado como dios. A la izquierda, por no romantizar el caos y no justificar la brutalidad en nombre de utopías oxidadas.
Yo no soy neutral porque estoy sola. Y, desde esa soledad escribo, pienso, resisto. Busco lo bueno en donde nadie mira. Me atrevo a decir que la belleza es tan política como un panfleto, y que el arte es más revolucionario que muchas marchas sin alma porque la estética —cuando no es decorativa— incomoda, quiebra discursos. Nos recuerda que el mundo no es sólo una máquina, sino un misterio.
Vivimos en una época con pocos intelectuales verdaderos —y los que hay son de izquierda—. No porque falten personas inteligentes, sino porque falta coraje.
El intelectual no es el que sabe mucho, sino el que incomoda. El que piensa por cuenta propia, aún cuando eso lo deje sin aliados. El que no se arrodilla ante lo políticamente correcto ni ante lo moralmente conveniente. El que se permite empatizar con quien no comparte su ideología, y criticar a quien sí la comparte. El que elige la complejidad, sabiendo que eso significa quedar afuera de todo.
Hoy, en cambio, sobran expertos y faltan pensadores. Sobran influencers de la razón y faltan almas lúcidas.
La derecha tiene economistas de plató, tecnócratas del miedo, gerentes de ideología y la izquierda, muchas veces, ha perdido la imaginación. Ya no escribe manifiestos; hace hilos de Twitter.
Los intelectuales verdaderos no nacen del privilegio, sino de la incomodidad. No obedecen al poder, pero tampoco a la moda de ir contra él. Habitan un lugar sin aplausos: el del temblor.
Por eso no milito. Porque no quiero servir a ninguna causa que me impida pensar por mí misma. Porque prefiero la duda sincera a la certeza fanática. Porque ya no me importa parecer tibia, si eso me permite ser honesta. Pensar es resistir. Y pensar desde la belleza, aunque no cambie el mundo, puede recordarnos que aún somos capaces de sentirlo.
Aunque tal vez —y solo tal vez—, detrás de toda esta máscara de escritos pseudointelectuales, sólo se esconda una niña gritándole al mundo "a mí nadie me dirá lo que tengo o no tengo que hacer".
Bibliografía
Arendt, Hannah. 2003. Entre el pasado y el futuro. Madrid: Taurus.
Bauman, Zygmunt. 2003. Modernidad líquida. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
Camus, Albert. 2009. El hombre rebelde. Madrid: Alianza. (Obra original publicada en 1951).
Foucault, Michel. 1992. Microfísica del poder. 2.ª ed. Madrid: Ediciones de La Piqueta.
Said, Edward W. 1996. Representaciones del intelectual. Barcelona: Debate.
viernes, 4 de abril de 2025
Diana Surprise
El autor de la obra es Jules Lefebvre (1836-1911), pintor oriundo de Tournan, Francia. Con una maravillosa trayectoria como artista, fue uno de los mayores exponentes del academicismo francés y ganador del primer premio en el Salón de París en 1878.
La pintura que vemos es la Diana Sorprendida. Diana, hija de Leto y Zeus, siempre está representada con una medialuna en la frente. Es la diosa de la pureza, la castidad y los animales. Lo interesante de ella es que, desde su nacimiento, demostró ser vivaz, inteligente y poseedora de una gran claridad mental. Asistió al parto de su gemelo Apolo y, al ver el dolor físico que conlleva dar a luz, la madre de todos los siervos le pide a Zeus conservar la virginidad durante la eternidad.
En la pintura, se encuentra tomando un baño con sus ninfas. Esta excusa siempre es leitmotiv de la desnudez en la cultura clásica, porque ¿qué otra cosa estaría haciendo desnuda si no es bañándose? ¿Hay otra cosa para hacer? Por supuesto que no, solo bañarse. Entonces, el motivo era el baño, el problema es que quien descubre desnuda a Diana es condenado a muerte.
En la Metamorfosis de Ovidio, Acteón ve a Diana en lo que pareciera ser el momento previo a tomar una ducha. Aunque las ninfas corren a cubrirla para conservar su pureza, el cazador, encandilado por su belleza, se niega a apartar la mirada. Como castigo divino, los sabuesos se lo devoran vivo. Lo interesante de esta obra es que nos muestra un momento de extremo devocionismo: todas las ninfas corren a cubrir a Diana sin importar incluso su propia desnudez. Mientras tanto, la diosa de la pureza, con el ceño fruncido, dirige la mirada hacia fuera, porque un intruso ha irrumpido en su mundo sagrado. Él no pertenece a la esfera divina que las ninfas y la diosa representan, por lo que han de reprenderle de alguna manera.
Si miramos compositivamente el cuadro, notaremos la presencia del triángulo rafaeliano, estructura clásica que sostiene una base estable, recurso compositivo muy usado en el Renacimiento. Organizan las figuras con una geometría equilibrada, traen armonía y solidez. Rafael, siempre con los pies sobre la tierra, usaba esta disposición para dar orden y claridad.
Si observamos el cuerpo de las ninfas, nos daremos cuenta de que son expresiones corpóreas de niñas que parecieran estar en un pasaje intermedio entre la niñez y la madurez del cuerpo femenino. No hay exuberancia en la descripción de los pechos, apenas se visualiza vello púbico; todo está suavemente atenuado, lo que refuerza la pureza e inocencia dentro de la escena.
Estilizar el cuerpo femenino de esta manera era un recurso muy utilizado en el academicismo francés porque la idealización de la figura femenina prevalecía sobre el realismo anatómico. La textura marmolada de las pieles y la iluminación difusa crean una esencia más etérea, casi escultórica, que enfatiza en la naturaleza inalcanzable de las figuras divinas. Por otra parte, la carnación no es a la manera de Rembrandt, naturalista, sino que pareciera ser previa a, como si quisiera recuperar la carnación del Renacimiento, donde vemos un claroscuro sin apelar a una estructura más extrema entre luces y sombras. Sino más bien, hay una paleta más armoniosa. Directamente es un claroscuro de color piel, amarillo de Nápoles, generalmente llevado al negro, que contiene capas y capas de veladura. Ni siquiera hay una construcción en paleta del color, pero pareciera apelar a las ideas del Renacimiento, que son apolíneas, arquetípicas, no tan naturalistas. ¿Por qué? Porque la naturaleza es imperfecta; el arte sí es perfecto en ese sentido.
miércoles, 16 de octubre de 2024
El mundo visible mejorado por el capricho
"España, como todos los países de personalidad y sabor extraordinarios, tiene la suerte o la desgracia de ser interpretada, enriqueciendo con su verdad manantial o disminuyéndosela de una manera pintoresca."
¿Cuáles podrían ser los límites de la cordura? Si Werther no pudo con todo aquello que sentía, sucumbió hasta el colapso para acabar siendo el protagonista más desdichado de todo el siglo XVIII, qué podemos esperar de la pintura.
Francisco José de Goya y Lucientes, nacido bajo los cielos de Zaragoza un 30 de marzo de 1746, fue un genio y rupturista del pincel.
Aquello que creemos que todo es un impulso creativo que nace en el capricho con Goya fue una novedad, motivo por el cual cierta serie de su obra se llama "Los Caprichos", bocetos en grabado que tienen que ver con representar lo imaginario.
Trasladémonos al verano de 1816 en Villa Diodati, una mansión a orillas del Lago Ginebra en Suiza, fue justamente ahí donde se encontraban Mary Shelley, John Polidori, Lord Byron y Percy Byshee Shelley, inventando un mundo de monstruos que fuese capaz de expresar lo trascendental, lo que está más allá de la vida, la muerte y más allá de la capacidad de la imaginación y de los sueños. Goya apela a estas construcciones que de alguna manera están establecidas dentro del folclor de las brujas, o sea, la inquisición en el siglo XVIII en España, pero ¿qué era la inquisición? en términos simples era la persecución del libre pensamiento que la contrarreforma se inventó para deponer las armas del liberalismo, o sea, las acciones de los hombres del renacimiento. Por otra parte, la inquisición francesa intenta establecer el orden, resultado de la guerra civil a partir del poder de la iglesia que perseguía el libre pensamiento. Entonces, ¿cuál era la excusa? la brujería, la superstición y un montón de elementos que iban en contra de las normas de la iglesia, por lo tanto, ayudaban a este tribunal religioso para que se inspirara en ese universo demoniaco, diabólico y ligado a la locura que de alguna manera es donde Goya construye sus caprichos, no solo los que tienen aquelarres, personajes del bajo mundo o gente con cabeza de burro, es decir, seres completamente imaginarios. También, están los Desastres de la Guerra que son los relatos de la crueldad de ésta, no son observados en el mismo lugar donde sucedieron los acontecimientos sino que son completamente imaginados. Vemos gente fusilando, personas mutiladas, es decir, apela a la imaginación para construir una nueva realidad y aquí hay algo que tiene mucho que ver con el espíritu romántico, pero, ¿qué dice el romanticismo? no hablamos de aquel implantado por Nietzsche que habla de la emoción o las pasiones sino de aquel movimiento que plantea que en la naturaleza, o sea, en el mundo experimental hay cosas pintorescas, y ¿qué es lo pintoresco? para un tipo de pintura que pinta lo que ve, lo pintoresco es lo que es digno de ser pintado, meritorio de una pintura. Sin embargo, eso queda hasta ahí porque aquello ya no es suficiente, ahora la pintura tiene que aspirar a algo más, ya que, los recursos de pintar lo que vemos ya los tenemos. Entonces, ¿qué hay más allá de lo que vemos? porque indudablemente algo ha de haber y ¿qué dice el romanticismo respecto a esto? es bastante claro, dice que el pintor debe buscar lo sublime, aquello que está por encima de lo visible y de la naturaleza, pero ¿qué es lo sublime para el romanticismo? la naturaleza, el mundo visible mejorado por el arte.
¿Qué hará un pintor romántico? ¿Pintará apagado? Obviamente no, va a pintar explotando, intensificando y utilizando todos los recursos para hacer un paisaje. ¿Qué paisaje de la tierra puede ser más sublime que cualquier otro? si ponemos de ejemplo el Génesis, sabemos que va a pintar esas escenas de la tierra revolviéndose, el magma, la lava bañándolo todo, la creación del universo, es decir, va a buscar lo visible en el punto donde es sublime y todo esto ¿dónde lo encuentra Goya? en los límites de la imaginación, por ejemplo, un cura volando
• Cadena SER. 2024. “‘Los Caprichos’, los grabados del Goya más íntimo y reflexivo, se exhiben en Huesca.” Cadena SER, 18 de octubre de 2024. https://cadenaser.com/aragon/2024/10/18/los-caprichos-los-grabados-del-goya-mas-intimo-y-reflexivo-se-exhiben-en-huesca-radio-huesca/.
• Historia Arte. 2025. “Francisco de Goya.” Historia Arte (HA!). https://historia-arte.com/artistas/francisco-de-goya.
• Wikipedia. 2025. “Francisco de Goya.” Última modificación el 27 de febrero de 2025. https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Goya.
• Apreciart. 2025. “El impacto de Francisco de Goya en el arte moderno.” Apreciart, 12 de febrero de 2025. https://apreciart.pe/articulos/el-impacto-de-francisco-de-goya-en-el-arte-moderno/.
martes, 2 de julio de 2024
Bouguereau en Buenos Aires
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Bouguereau - Autorretrato, 1879 |
Dentro del mundo artístico, la academia siempre ha tomado gran puesta en escena, sin embargo, la francesa fue la más estricta y poderosa en la historia del arte occidental. Estricta porque tenía un canon que estaba basado en el Gran Estilo de los antiguos, también en el renacimiento como Miguel Ángel, Rafael, Tiziano y Leonardo. Conservar la practica y el oficio de esos artistas conectados con el pasado clásico era lo que quería perpetuar la academia. Para aquello tenían que centrarse en el canon y adecuarse a las reglas en las que tenían que adaptarse como artistas para comenzar cualquier obra. Si nos preguntaramos cuál era el canon del renacimiento llegaríamos a la simple respuesta de que era el clásico, el que teorizan por primera vez los alemanes y profundiza Joaquin Winckelmann quien decía que lo que es bello es bueno y lo que es feo es malo y al revés también. Lo que es bello, proporcionado, armónico, delimitato, el orden, la razón apolínea, bien ejecutado y construido en la pintura según la tradición de los grandes maestros, es bello. Por otra parte, lo que es desalineado, oscuro, desproporcionado, deforme, no constituido bajo las reglas de los maestros y la tradición, es malo. Entonces esta asociada la buena factura con lo bello y la mala factura con lo que no es bello y por lo tanto no es arte.
La dura idea de que la estética este ligada con la ética es algo que el siglo XX viene a romper, mientras tanto la academia del siglo XIX legitimaba o no a los artistas en función de cuán cerca del canon de belleza winckelmaniano estaba su obra de arte.
William Adolphe Bouguereau fue de los pintores de la academia junto a Cabanel y Lefebvre, quienes eran los más importantes de su época porque eran exitosos, artistas que como Rubens, a veces, se les tenía que esperar diez años para comprar un cuadro.
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Bouguereau - La toilette de Venus,1873 |
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Si vemos el escorzo del codo a la muñeca pasaríamos de ello, sin embargo, la realidad es que unos pocos maestros en la historia del arte son capaces de representarlo con esa precisión porque es complejo desde el dibujo y desde la estructuración de la forma. Si observamos lo cabal que es la pintura, lo definida que es la linea; cada detalle está completamente descripto. Todo parece estar ordenado por un concepto previo y nos preguntamos si es una mujer real porque pareciera que no, uno no la palpita, hay cierta distancia, una especie de arquetipo en la construcción de ella.
Esta debajo de un árbol porque está Venus dándose un baño, entonces, nadie la tiene que ver.
Dentro de los motivos de la academia está la mitología clásica, los episodios heroicos romanos y griegos, además, todo lo que es la mitología cristiana y católica.
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Bouguereau - Premier deuil, 1888 |
Bibliografía
1. Museo Nacional de Bellas Artes, Premier Deuil - William Bouguereau, accedido el 5 de marzo de 2025, https://www.bellasartes.gob.ar/en/collection/work/2770/.
2. Wikipedia Francia, “Premier Deuil (Bouguereau),” última modificación el 2024, accedido el 5 de marzo de 2025, https://fr.wikipedia.org/wiki/Premier_Deuil.
domingo, 26 de agosto de 2018
Eros & Tánatos
"La naturaleza, tiene sus límites; puede soportar, hasta cierto punto, la alegría, la pena, el dolor; si pasa más allá, sucumbe. No se trata, pues, de saber si un hombre es débil o fuerte, sino de si puede soportar la extensión de su desgracia, sea moral, sea física (...)"
Bibliografía
1. Goethe, Johann Wolfgang von. Las desventuras del joven Werther. 1774. Editorial XYZ.
2. Shakespeare, William. Romeo y Julieta. 1597. Editorial XYZ.
3. Hardy, Thomas. Tess de los d’Urbervilles. 1891. Editorial XYZ.
viernes, 24 de febrero de 2017
Amplios horizontes literarios
''El trabajo del crítico es sencillo en más de un sentido. Arriesgamos muy poco, y sin embargo usufructuamos de una posición situada por encima de quienes someten su trabajo y su persona a nuestro juicio. Prosperamos gracias a nuestras críticas negativas, que resultan divertidas cuando se las escribe y cuando se las lee.Pero la cruda verdad que los críticos debemos enfrentar es que, en términos generales, la producción de basura promedio es más valiosa que lo que nuestros artículos pretenden señalar. Sin embargo, a veces el crítico realmente arriesga algo, y eso sucede en nombre y en defensa de algo nuevo.Anoche experimenté algo nuevo, una comida extraordinaria hecha por alguien único e inesperado. Decir que ese plato y su cocinero pusieron a prueba mis preconceptos equivaldría a incurrir en una subestimación grosera, cuando lo cierto es que ambos lograron conmover lo más profundo de mi ser.Antes de este suceso, nunca escondí mi desdén por el lema del Chef Gusteau: “cualquiera puede cocinar”. Pero, me doy cuenta, recién ahora comprendo sus palabras. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lugar.''
Mi eterno vacío habitable
¿Cómo se llena un vacío cuando lo que falta es lo que abarcaba todo? en esa enorme grieta entre lo que era y lo que queda, siempre buscamos ...
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Jules Joseph Lefebvre "Diane surprise (Diana sorprendida)" 1879 Óleo sobre tela 279 x 371,5 cm. - Marco: 280 x 372,1 x 2 x 0,5...